En el mundo del arte, hay ideas que te obligan a repensar todo. Hoy quiero compartir una que es particularmente poderosa: el concepto del cuerpo como un archivo.
Olvídate de las bibliotecas polvorientas y los repositorios estáticos. Esta idea propone que nuestro propio cuerpo —móvil, precario y vivo— es el archivo fundamental de nuestra existencia. Cada temblor, cada pasión, cada lapso de memoria es un registro encarnado de nuestra experiencia.
Pero, ¿dónde entra la fotografía en todo esto?
Aquí es donde se pone bueno. La fotografía no es una simple «fotocopiadora» de este archivo corporal. Es un agente activo que interpreta y transforma la memoria que llevamos inscrita. No conserva el recuerdo, sino que crea algo nuevo: una «huella» que siempre está cambiando su relación con el pasado.
Vamos a desglosar esta idea.
Robert Gabris: Vierka vastu merav [Vierka, I Die for You], The Blue Heart series, 2014, copper engraving on paper
El «Aha!» Moment: Por Qué tu Cuerpo es un Archivo Político
Para entender esto, hay que ver de dónde viene.
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El Doble Filo de la Fotografía (Allan Sekula): El teórico Allan Sekula nos dio una lección de historia crucial. Cuando nació la fotografía, se usó para dos cosas opuestas: por un lado, para hacer retratos «honoríficos» de la élite y celebrar su estatus. Por otro, se creó un «archivo represivo» para registrar, clasificar y controlar los cuerpos de criminales, enfermos mentales y pobres. La fotografía se convirtió en una herramienta de poder y vigilancia.
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Nos «Hacemos», No «Nacemos» (Judith Butler): La filósofa Judith Butler explica cómo ese poder se nos mete en el cuerpo. Suena complicado, pero la idea es simple: el género, por ejemplo, no es algo con lo que naces, sino algo que «actúas». Es una repetición constante de normas sociales (cómo sentarte, cómo hablar, cómo moverte). Tu cuerpo, entonces, «archiva» y «ejecuta» esas normas.
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La Resistencia (Schneider y Lepecki): Pero el cuerpo no es un receptor pasivo. Teóricos como Rebecca Schneider nos dicen que el cuerpo también puede «reactivar» la historia a través de la performance. Puede usar su propia memoria para desafiar ese archivo de control.
La Piel como Texto: Cicatrices, Gestos y Huellas
La prueba más evidente está en nuestra propia piel.
La superficie de nuestro cuerpo es un mapa biográfico. Las cicatrices, las arrugas, las líneas de expresión, incluso el ombligo (la «cicatriz del nacimiento»), son «textos visibles de lo vivido».
Cuando un fotógrafo enfoca su lente en estas marcas, las aísla, las eleva y las convierte en paisajes llenos de narrativa.
Y no solo es lo visible. El cuerpo tiene una memoria somática, guardada en los músculos y los reflejos. Es la memoria del trauma, lo que el cuerpo recuerda aunque la conciencia lo reprima. La cámara, con lo que Walter Benjamin llamó el «inconsciente óptico», puede capturar esos gestos involuntarios, esas tensiones que revelan el archivo interno.
La fotografía, entonces, no es «la» memoria. Es una «cicatriz secundaria». Si el trauma deja una huella en la piel (la cicatriz primaria), la foto de esa cicatriz es una huella de la huella. Es un objeto nuevo que empieza a circular y a tener su propia vida.
mauzav: Autorretrato, 2009.
Artistas que Llevan su Archivo a Cuestas
La mejor forma de entender esto es viendo el trabajo de artistas que usan su cuerpo (o el de otros) como el centro de su investigación.
1. El Diario Íntimo
Aquí, el cuerpo del artista es el archivo principal.
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Nan Goldin: Su famosa obra The Ballad of Sexual Dependency es el ejemplo perfecto. Ella misma la describió como «el diario que dejo que la gente lea». Es un archivo crudo de su «tribu», documentando amor, drogas, violencia y la crisis del SIDA. Su cámara era tan esencial como comer o hablar.
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Francesca Woodman: Usó su propio cuerpo en autorretratos fantasmales. Con largas exposiciones, su cuerpo se difumina o se funde con el entorno. Es un archivo de su propia presencia efímera, siempre a punto de desaparecer.
2. La Crítica al Estereotipo
Estos artistas no buscan un «yo» interior, sino que usan su cuerpo para desarmar las ideas que la cultura ha archivado sobre nosotros.
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Cindy Sherman: En sus Untitled Film Stills, ella se disfraza para encarnar todos los clichés femeninos del cine: la ingenua, la femme fatale, el ama de casa. Su cuerpo es un lienzo para demostrar que la «feminidad» es una construcción, una mascarada.
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Carrie Mae Weems: Su obra From Here I Saw What Happened and I Cried es una bofetada al archivo represivo. Se apropió de daguerrotipos del siglo XIX de personas esclavizadas (usados para «probar» la inferioridad racial), las tiñó de rojo y les escribió encima textos poéticos, devolviéndoles la voz y la dignidad.
3. La Huella del Trauma y la Supervivencia
Artistas que se enfocan en la inscripción literal de la memoria en la piel.
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David Catá: En A flor de piel, Cose retratos de sus seres queridos en la palma de su mano. Es un archivo doloroso y literal de sus relaciones afectivas.
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Sophie Mayanne: Su proyecto Behind the Scars documenta las cicatrices de cientos de personas junto con sus historias. Celebra estas marcas no como defectos, sino como archivos de supervivencia y resiliencia.
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Teresa Margolles: Su trabajo es crudo y potente. Formada como técnica forense, usa materia orgánica de cadáveres anónimos de la morgue de Ciudad de México. En una obra, llena una sala con vapor del agua usada para lavar esos cuerpos. Trae el archivo del cuerpo violado y borrado al espacio del arte, forzando una confrontación con la violencia.
Francesca Woodman
El Archivo Hoy: Selfies, IA y… ¿Ranas?
El concepto sigue evolucionando.
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El Archivo Digital (Selfies): Hoy, nuestro archivo corporal se construye en tiempo real en redes sociales. La artista Amalia Ulman lo demostró con su performance Excellences & Perfections, donde fingió una identidad de «it girl» en Instagram durante meses. Demostró que la feminidad en línea es una construcción. Cada selfie que subimos es un acto de curaduría de nuestro propio archivo personal.
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El Archivo de la Vigilancia (IA): En paralelo, se construye un archivo masivo e invisible. El artista Trevor Paglen habla de «imágenes invisibles», hechas por máquinas para máquinas (como el reconocimiento facial). Los sistemas de Inteligencia Artificial crean archivos biométricos gigantescos, perpetuando sesgos de raza y género. Es el archivo represivo de Sekula en versión 2.0.
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El Archivo Ecológico (Posthumano): El concepto se expande más allá de lo humano. El artista y biólogo Brandon Ballengée fotografía anfibios con deformidades. Esos cuerpos se convierten en un «archivo vivo» del daño ecológico que hemos causado.
Renee Cox
El «cuerpo como archivo» ha pasado de ser una metáfora a ser una realidad digital y política. La fotografía ya no es solo una herramienta de memoria personal, sino un espacio crucial para hacer visible lo invisible.
Ya sea fotografiando una cicatriz, actuando para deconstruir un estereotipo o exponiendo los sesgos de un algoritmo, los fotógrafos seguimos en la misma lucha: interrogar, reescribir y reapropiarnos del archivo más íntimo y político de todos.
Al final del día, la lucha por definir quiénes somos es una lucha por el control de este archivo interminable.
mauzav: Mi huevo, 2015.
Referencias y Artistas para Explorar
Si te quedaste con ganas de más, aquí te dejo una lista de los artistas mencionados y algunas referencias clave del texto original.
Artistas Mencionados
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Amalia Ulman: Explora la identidad femenina y la performance en redes sociales.
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Brandon Ballengée: Usa la ciencia y la foto para mostrar cuerpos de anfibios como archivos del daño ecológico.
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Carrie Mae Weems: Se apropia de archivos históricos para criticar la representación racista.
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Cindy Sherman: Usa su propio cuerpo como archivo de estereotipos culturales.
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David Catá: Cose retratos en su piel para archivar memorias y afectos.
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Francesca Woodman: Autorretratos sobre la fragilidad, la identidad y la desaparición.
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Nan Goldin: Su obra es un archivo íntimo de su comunidad, el amor y la pérdida.
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Sophie Mayanne: Documenta cicatrices como mapas de supervivencia.
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Teresa Margolles: Utiliza materiales forenses para confrontar la violencia social.
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Trevor Paglen: Investiga y visualiza los sistemas de vigilancia masiva y los «archivos invisibles» de la IA.
Referencias Bibliográficas (Selección del documento original)
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Sekula, Allan. «El cuerpo y el archivo». [Ver fuentes 157, 158]
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Lepecki, André. «The Body as Archive: Will to Re-Enact and the Afterlives of Dances». [Ver fuente 153]
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Butler, Judith. [Ver fuentes 161, 162, 163, 164, 165, 166, 167]
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Reyes Cruz, Noelia y Rodríguez López, Sheila. «Cicatrices de la memoria: El cuerpo como archivo vivo». [Ver fuentes 147, 170]
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Sobre Nan Goldin y The Ballad of Sexual Dependency. [Ver fuentes 173, 174, 175, 177, 178]
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Sobre Amalia Ulman y la performance en redes. [Ver fuentes 228, 231]
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Sobre Trevor Paglen y las imágenes invisibles. [Ver fuentes 238, 239, 241, 243]